Por Dr Diego Rodríguez
La
inesperada presencia de lobos marinos ¨colonizando¨ distintos sectores del
Puerto Mar del Plata, centralizó la atención de la opinión pública en los
últimos días. A primera vista podría verse como un dato de color en el extraño
escenario que la pandemia de COVID-19 nos presenta a diario, pero una mirada
más profunda nos ayuda a entender algunos de los aspectos menos conocidos de
estos fascinantes animales.
Lobos marinos en la dársena en Mar del Plata en 2009 (Foto Julian Bastida) |
Los puertos,
como hábitats artificiales y dinámicos, presentan nuevos estímulos, amenazas y
desafíos. Los lobos marinos muestran una marcada plasticidad en su
comportamiento y fidelidad en el uso de las instalaciones portuarias como áreas
de descanso. Este proceso de habituación implica reducir la respuesta a
estímulos repetitivos o ignorar estímulos nuevos debido a que no se consideran
amenazas, tales como el movimiento de público, maquinarias y vehículos. Un
claro ejemplo de esto es la facilidad con que el público visitante puede
acercarse a pocos metros de los lobos marinos tanto en el puerto de Mar del
Plata como el de Quequén, mientras que en las colonias naturales se producen
estampidas masivas a distancias menores a los 30-50 metros.
Lobos marinos en la dársena en Mar del Plata en 2009 (Foto Julian Bastida) |
Los cambios
rápidos, espontáneos y masivos en la ubicación de los grupos de lobos marinos
que se evidenciaron en los últimos días, nos demuestran su capacidad de
aprender rápidamente de situaciones novedosas - como el brusco descenso en la
actividad portuaria- y transmitir socialmente este conocimiento. La propagación
de los comportamientos de transmisión social ha demostrado ser muy rápida en
lobos marinos de California, lo que les ha permitido detectar y depredar con
asombrosa rapidez ciertas poblaciones de salmones en la costa Oeste de EEUU. En
los últimos 20 años, las colonias de lobos marinos en Mar del Plata y Quequén
han cambiado rápidamente su distribución interna al menos en dos oportunidades
cada una y en intervalos de pocas semanas, demostrando claramente este proceso
de aprendizaje y transmisión rápida.
Lobos marinos en el Puerto de Necochea (Quequen) en 2004 (Foto Gisela Giardino) |
Estudiar la
estructura de la red social de estas loberías es crucial para comprender las
respuestas de los animales ante situaciones novedosas, y gestionar
eficientemente estos espacios de conflicto entre el hombre y la Naturaleza. El
estudio a largo plazo de asociaciones individuales en colonias portuarias, nos
permitió definir un modelo de asociaciones individuales que se rompen y se
vuelven a formar rápida y continuamente, similar al encontrado en lobos marinos
de Galápagos, delfines, elefantes y jirafas. Una alta asociación entre ciertos
individuos puede ser el resultado de la preferencia pasiva o la fidelidad a los
lugares comunes de descanso, más que a comportamientos sociales genuinos y esta
información puede ayudar a diseñar estrategias para evitar el uso intensivo de
sectores críticos para la actividad portuaria.
La presencia
de varios cientos de lobos marinos dentro de un puerto hace que su gestión sea
un gran desafío. Comprender a qué tipo de estímulos responden y aprenden los
animales, como así también cómo los factores sociales influyen en estos comportamientos
pueden resultar claves para disminuir los potenciales conflictos con el sector
pesquero. Las colonias portuarias de lobos marinos no sólo son una atracción
turística imperdible, sino también un escenario ideal para aprender aspectos
muy poco conocidos del comportamiento animal.
Doctor en
Ciencias Biológicas, Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras,
Universidad Nacional de Mar del Plata – CONICET
Nota del
diario ambito
https://www.ambito.com/opiniones/mar-del-plata/mar-del-plata-la-rapida-adaptacion-los-lobos-marinos-al-puerto-n5098292
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