Por el Dr Diego Rodriguez (UNMdP)
Nuevamente este año somos testigos de la muerte de un delfín
en las costas de la Provincia de Buenos Aires, luego que un numeroso grupo de
turistas lo sacaran del mar para tomar fotografías. En este caso también se
trata de una franciscana o Delfin del Plata (Pontoporia blainvillei), un pequeño
delfin costero que habita exclusivamente las costas del centro del Brasil,
Uruguay y norte de Argentina.
La franciscana es el cetáceo más amenazado del Mar
Argentino, donde anualmente varios centenares de ejemplares mueren
accidentalmente en redes de pesca ([1]),
por lo cual la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)
ha clasificado a esta especie como Vulnerable. Los argumentos científicos se
centran en que se proyecta una reducción de al menos un 30% de su población
mundial en los próximos 10 años, basándose en los niveles actuales de
mortalidad. En la actualidad, todos los cetáceos están protegidos por ley en
nuestro país.
La presencia de franciscanas es muy frecuente en las costas
bonaerenses, y nuestro Grupo de Investigación ha confirmado la existencia de
una importante área de cría en el sector sur de la Bahía Samborombón y las
aguas del Cabo San Antonio, en la zona donde se produjeron las muertes en 2016
y 2017. Por tal razón es de esperar que se registren ejemplares en zonas
costeras altamente utilizadas por turistas durante el verano, debiéndose
entonces extremar los cuidados para que no vuelvan a repetirse situaciones como
las vividas recientemente.
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Fotografía extra´da de Google Imágenes |
En caso que ejemplares de este tipo aparezcan en la costa,
las autoridades municipales (guardavidas, inspectores) o policiales presentes
deben inmediatamente comunicarse con la Prefectura Naval Argentina (106) o con
la Red de Rescate de Fauna Marina del Organismo Provincial para el Desarrollo
Sostenible (OPDS[2])
al 0800-222-1362. Ellos son los responsables de derivar la emergencia a los centros
de rehabilitación de fauna más cercanos a la zona del varamiento. Mientras
tanto el ejemplar debe ser llevado a aguas más profundas y tratar de mantenerlo
suavemente a flote hasta que recupere la orientación y, probablemente, regrese
por sus propios medios al mar. Para esto es absolutamente necesario que el
público se retire del lugar, y esta tarea la realice una o dos personas. Cuando
los miembros del grupo de rehabilitación que asista lleguen al lugar, ellos
evaluarán la mejor opción para el ejemplar, ya sea el traslado para su
recuperación o la liberación inmediata en el lugar.
Como lamentablemente dejaron en claro ambos casos, el
descontrol que produjeron los bañistas y la inacción para informar
inmediatamente esta situación a los organismos correspondientes, tuvo
consecuencias fatales para los ejemplares. Los mismos fueron sujetos a un
período de sufrimiento innecesario y las “selfies” y videos tomados como
recuerdo, únicamente retrataron su agonía.
Muchos organismos gubernamentales (universidades,
secretarías medioambientales municipales y provinciales) y no gubernamentales trabajan
para la conservación de esta especie, de manera que es imperioso que este tipo
de situaciones no vuelvan a repetirse. La presencia de un delfín en la zona
costera debe entenderse como una situación de emergencia, en la que debe
actuarse rápidamente y acudir a personal especializado. El haber ayudado a
salvar a un ejemplar debe entenderse como una acción mucho más valiosa y
constructiva para el medio ambiente, que provocar una muerte por obtener una
foto.
Dr. Diego Rodríguez
Grupo de Investigación
“Biología, ecología y conservación de Mamíferos
Marinos”
Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales,
Universidad Nacional de Mar del Plata – CONICET.
Email:
dhrodri@mdp.edu.ar
[1]Plan
de Acción Nacional para reducir la interacción de Mamíferos Marinos con
pesquerías en la República Argentina, disponible enhttp://www.cfp.gob.ar/prensa/LIBRO_PAN-MAM.pdf